"Abandonadlo todo... (...), lanzaos a los caminos"
André Breton, "Los pasos perdidos", 1924
La libertad, como toda construcción humana, se debate entre la ilusión que ser lo que es y parecer lo que se debe, también busca mostrarse en otro conveniente espejismo: el equilibrio justo.
Superadas las planicies de la neutralidad, el amesetamiento que el lenguaje técnico provee a sus usuarios desespera ante el solo hecho de su futilidad, de su degradación paulatina, silenciosa e imperturbable.
Frente a esto, falacia temporal mediante, la materia se desvaloriza de afuera hacia adentro en un discurso moral tan superficial como obvio, todo tiempo pasado no solo es mejor sino, ademas, es perfectamente medible como futuro de otras epocas.
De no mediar la catástrofe secular que consigo trae la singularidad tecnologica, en la que inevitablemente se dirime nuestro occidente neoliberal, el olvido se haría cargo de los hierros viejos que los ideales del progreso sostenido generaron tanto material como conceptualmente hasta su total disolución... pero no... algo paso en el medio...
La suma de frustraciones históricas que tantos fines del mundo trajeron con sus años de cifras redondas, colapsos económicos, torres derruidas, guerras fantasma y precios de saldo al alcance de un "TODOS" tan aspiracional como ilusorio... finalmente acabo con el adecuado ciclo de recambio que el mercado invento para no terminar saturando el consumo con el hecho de "consumir" en si...
En un momento la "experiencia" debería superar al objeto... pero no aun... la "costumbre" con que este ultimo resiste la aceleración de lo banal que, casi religiosamente, construye la existencia misma del "consumidor autoconsciente" no negocia con terroristas... solo promueve como gesto el hacking mas evidente... desconectarse de la red para abrazar al futuro que nunca llegara pero que todo lo justifica, aun... el tiempo dirá, mientras tanto...
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