Cuatro lados: Apertura y recorrido coordinado entre galerias Dulce, Komuna, El Local y L.A.R. (Chacarita, Villa Crespo y La Paternal, 21/5/2022)

La historia de un lugar, una zona, un sector, es la historia también de su uso y costumbre, la ciudad como ordenamiento político y posterior legitimante de estos deposita en la circulación el fin ultimo que tendrán en, aquello que se conocía como, "sentido común".

Algo que podría indeterminarse con el tiempo ocurrió con los barrios de Chacarita, Villa Crespo y La Paternal, solo hay que ignorar el proceso de gentrificación y especulación inmobiliaria que trajo consigo la expansión conceptual que la zona de Palermo lleva adelante desde mediados de la década del 90, casi sin quererlo.

Ironías aparte, ese fenómeno sociocultural que fue reconvirtiendo bares, cafés y pizzerías en sitios que responden ahora mas a una estética de consumo de elite que a la de su origen popular, el cual en cierta manera hacia también las veces de otra "elite" en su momento porque, vale decir, tales recintos con sus códigos y condiciones de época cumplían funciones no muy diferentes a aquellos que marketing mediante invisibilizan las suyas hoy, vaya uno a saber porque a esta altura del partido.

En fin, pirueta post-posmodernista mediante llegamos a la inversión de este proceso de apropiamiento cultural, el supuesto "barrio periferico recibe a la galería de arte".

Mas allá del dudoso paradigma estético que implica la proximidad del mercado del arte a los sectores entendidos como populares, mas como territorio que objeto de estudio o análisis, el gesto en si no deja de ser positivo si se observa el impacto que conlleva la situación en si.

Las galerías Dulce, Komuna, El Local y L.A.R surgen en la zona como colectivo autogestionado de artistas que se organizan, muy, por fuera del circuito tradicional o creciente al menos de galerias; mayormente son talleres que mutan a salas de exposición que aprovechando la circulación casual que aportan los locales a la calle que ocupan, rompen la distancia cultural que representan como dispositivo de elite integrándose desde la curiosidad y proximidad a los habitantes poco habituados al tipo de intercambio que proponen.

Haciéndose eco en las casi olvidadas tradiciones de legitimación social que tenían a los clubes de barrio, sociedades de fomento y otras organizaciones colectivas (sindicatos, centros políticos, mutuales, etc) como centro, salteándose la complejidad de ese otro actor institucional esencial en la actualidad que es el centro cultural, las galerías de barrio llegaron para seguir profundizando esa otra pregunta que se repite una y otra vez aunándolas: ¿Para quien es el arte?.

DULCE

@dulce_estudio

Lemos 299 - Chacarita